Hace unos días hice una colaboración en Instagram compartiendo en UnaMenteLibre un carrusel titulado: ¿Cuándo perdonar una infidelidad? – El resultado fue un revuelo de más de mil comentarios, la mayoría en contra de perdonar la infidelidad.
Cabe aclarar que la mayor parte de quienes compartieron sus comentarios son personas de entre 20 y 30 años.
Observo que a menos experiencia, más se conserva la ilusión de creer en “el amor verdadero”, lo que sea que eso signifique… muchos atribuyen, al amor romántico, las características de ser eterno, de que lo puede todo – como entender a tu pareja sin decir nada. Comúnmente se cree que si vives un AMOR DE VERDAD nunca habrá secretos y que la mejor manera de mostrar que amas es teniendo sexo exclusivamente con tu pareja.
No sé si tantos comentarios en contra de perdonar la infidelidad… surgieron de que ya la han sufrido en carne propia o simplemente fue la reacción por defender sus creencias.
Pocas personas expresaron que la decisión de amar puede pesar más que las
creencias. La mayoría expresaron la idea de que si perdonas una infidelidad eso indica que eres dependiente emocional o que te falta amor propio… que aguantas todo con tal de que no termine la relación.
Estoy de acuerdo que si uno aguanta TODO – y por “todo” me refiero a violencia, celos, maltrato, prohibiciones, chantaje, etc., para seguir en una relación, sí depende emocionalmente de su pareja y me parece que eso es muy tóxico.
Pero en los comentarios percibí, que con TODO se referían a LA INFIDELIDAD, EL ENGAÑO, LA MENTIRA y que no deberías aguantarlo… sin importar que tu pareja pudo haber seguido mostrándote amor y que por eso te enteraste del engaño mucho tiempo después de que empezó.
Si entre mi pareja y yo ya no hay muestras de interés, de cariño, de apoyo… si noto que mi pareja ya no quiere pasar tiempo conmigo, si ya dejamos de hablar como lo hacen los amigos y ya no nos divertimos… a pesar de que sea MUY FIEL, entenderé que ha dejado de amarme y terminaría esa relación.
Por otro lado, si mi pareja y yo nos divertimos, nos reímos, hablamos como amigos, nos apoyamos, nos escuchamos, tratamos de entendernos… en pocas palabras, nos mostramos amor… pero me doy cuenta – por un descuido de su parte – que está involucrada en otra relación, me dolería su falta de honestidad, pero me costaría mucho terminar esa relación – que hasta el momento de darme cuenta, yo la sentí amorosa – sin antes tratar de entender qué está sintiendo y por qué decidió engañarme.
Que la persona que una vez te eligió como su persona favorita deje de hacerlo, es doloroso y atenta contra tu propia identidad… o sea, te imaginas que tiene que ver más contigo que con ella. Puedes hasta sentir que hiciste o dejaste de hacer algo para que te pintara el cuerno… y ahí estás en un error.
La pareja es la categoría más compleja de convivencia entre las personas, porque existe un vínculo sexual y eso dispara la territorialidad. Pero está comprobado que las personas tenemos la capacidad – biológica y psicológica – para tener sexo con más de una persona, y que no solo somos capaces de jugar al sexo con varias personas, sino que también tenemos la capacidad de “amar” a más de una persona al mismo tiempo, aunque socialmente lo tengamos prohibido.
La infidelidad es mundialmente condenada… como practicada. Ni el matrimonio, ni el castigo social, ni el qué dirán, ni las creencias religiosas, ni las normas socioculturales, han podido contrarrestar completamente el fuerte impulso sexual que lleva, tanto a hombres como a mujeres, a buscar placer con varias parejas.
Muchas personas engañan a su pareja, pero no todas lo hacen con ganas de hacerle daño… a veces buscan dejar de ser eso en lo que se han convertido, algunos quieren revivir la vitalidad que sentían antes, otros son infieles para cumplir deseos insatisfechos… y claro, también hay quienes engañan por venganza y por simple lujuria. Aquí el punto es definir si quieres un compañero de vida, o un compañero de celda. Porque detrás de cada infiel hay alguien que controla.
TODOS pueden NO engañar a su pareja; pueden evitar la infidelidad. Y aunque el concepto de fidelidad/infidelidad tiene que ver más con monopolizar a la pareja, que con amar o no amar… SIEMPRE EXISTE LA ALTERNATIVA DE NO ENGAÑAR… sino de comunicar lo que sientes y darle la oportunidad a tu pareja de vivir lo mismo que, como infiel, estás viviendo tú. Para relacionarte con honestidad, se requieren valentía, atrevimiento y congruencia.
Adriana Reinking
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